Paren las rotativas: Bella Hadid ha aterrizado en Cannes. Y lo ha hecho para posar en la alfombra roja del Festival, en la proyección de la película The Innocent. Ella no fue la única de la noche que se vistió de color negro para la ocasión, pero en medio de todos los estilismos, el suyo brilló con especial fuerza. Motivos no le faltan: la modelo apostó por un vestido negro palabra de honor drapeado, con un enorme lazo de tafetán bordeando su cintura y rematando la parte trasera de la pieza.
Firmado por Versace, esta no es la primera ocasión que la top acude a un diseño vintage. No solamente porque Hadid sea una musa moderna de Vivienne Westwood: el pasado mes de abril asistió a la Prince’s Trust Gala con un diseño negro vintage, con un escote parecido, del Dior de Yves Saint Laurent. Su aparición estelar en Cannes también lleva el sello del estilista Law Roach, que esta vez apostó por una creación con el dramatismo visual que requiere la alfombra roja del festival. Este vestido negro fue concebido por Gianni Versace en 1987 para el vestuario de la ópera de Salomé, en el Teatro de la Scala. Como el propio Yves, el modisto italiano estuvo muy ligado al escenario, tanto en óperas como en las obras de ballet en las que colaboró mano a mano con Maurice Béjart. “Mi experiencia en la Scala me ha ayudado a encontrar una nueva actitud que dar hacia la ropa”, comentó en su día Versace.

La pieza que ha lucido Bella Hadid en Cannes es una hija consecuente de la moda de los ochenta: un vestido cuajado de drapeados cuyo color es un ejercicio de contención frente al barroquismo conseguido a golpe de volumen. El mismo que podríamos encontrar en colecciones de la época como las de Christian Lacroix o de nuevo, el propio Saint Laurent.

Pero sin perder el hilo, con este estilismo de Versace la modelo vuelve a poner de manifiesto que Cannes es algo así como su escenario natural. Es en esta alfombra roja particularmente donde la modelo se está labrando su leyenda particular, look a look. Una criatura mitológica que demostró en 2021 que en este evento hay espacio para las fantasías surrealistas de Schiaparelli. ¿Quién puede olvidar, acaso, ese Alexandre Vauthier que lució en 2017? De Vauthier también fue aquel diseño ínfimo, en color rojo, con el que Bella Hadid entró por la puerta grande en Cannes. Era 2016, y ahora sigue pisando igual de fuerte.

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