De blanco, con un vestido corto de inspiración corpiño y un velo muy largo con bordado de la imagen de la Virgen María, de Dolce & Gabbana. Ha sido el look novia de Kourtney Kardashian para su tercer ‘Sí, quiero” al batería del grupo Blink-182, Travis Barker.
No sabemos si cuando te casas por tercera vez, y más si es con la misma persona, la intensidad de la cascada de emociones que sientes es superior a la de la primera vez, o hay algún tipo de bajón. Pero en el caso del tercer “Sí, quiero” de Kourtney Kardashian y Travis Barker, lo cierto es que como todo lo que hacen en el “Clan K’, todo ha sido desbordante de sensaciones, a lo grande y sin duda un espectáculo.
La gran pregunta es, ¿por qué Kourtney y Travis se han casado por tercera vez? Pues porque la primera, ante un Elvis Presley al más puro estilo de Las Vegas en una noche llena de tequila no tenía validez legal y la segunda, hace una semana en un juzgado de Santa Bárbara, en California -esta vez con carácter legal- no contó con la asistencia de sus familiares. Pero se trataba de un trámite porque lo que verdaderamente querían eran casarse en Italia y si no hubieran firmado ante el juez antes, la boda “europea” no habría sido efectivo fuera de Estados Unidos.
La boda se celebraba en Portofino, un precioso pueblo costero que podríamos definir como un auténtico paraíso cerca de Génova, y el gran protagonista del momento era, como no, el traje de novia de Kourtney Kardashian, que firma Dolce & Gabbana y que, lejos de ser de estilo clásico, va en concordancia con la personalidad y el estilo de la novia; y era muy arriesgado y rompedor. Lo advertimos, no es para todas las novias pero sí para ella.
Es un vestido blanco corto y de tirantes, muy ajustado y de estilo lencero tipo corpiño, que deja ver sin tapujos la estupenda silueta de la mayor de las hermanas Kardashian; que acompañaba con unos larguísimos guantes semitransparentes de tul y unos elaborados zapatos en blanco roto.
Lo más espectacular del traje de novia de Kourtney Kardashian es sin duda el velo, muy largo, que tiene motivos florales y un bordado en punto de cruz con la imagen de la Virgen María. Dicen que es muy parecido a uno de los tatuajes que tiene su ya marido, el batería del grupo Blink-182.
Por su parte, el novio, que también apostaba por Dolce&Gabbana, vestía un elegante traje negro de inspiración esmoquin de chaqueta cruzada.
Kim Kardashian, de negro
Uno de los looks más esperados de la boda era el de Kim Kardashian que apostaba por el negro con un vestido muy ceñido con escote corazón y manga larga de encaje, de cuello alto con detalle de broche XL y cruz decorativa, que contrastaba con su melena rubia en un recogido. La imagen nos lleva al estilo retro y excesivo que llevaban las divas italianas en los años cincuenta.
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